Unir la mitigación y la adaptación nos permite enfrentar el cambio climático mientras cuidamos la vida que nos rodea. Al proteger los ecosistemas y fortalecer nuestras comunidades, aseguramos salud, alimentos, agua y seguridad, y construimos un futuro donde la naturaleza y las personas prosperan juntas. Porque nuestro bienestar depende de cómo cuidemos el mundo que habitamos.
Si no se hace énfasis en la toma de decisiones y ejecución de acciones, el problema va a ir en aumento, teniendo graves consecuencias no solo para nosotros sino para nuestro entorno, la flora y fauna es la principal afectada en todo esto, la poca empatía por parte de las personas en un mundo más consumista hace que sean desplazados y dejados de lado. Ya no es momento de ver que se pudo hacer o que hicieron, sino de actuar; tratar de frenar y adaptarse siendo conscientes de que es hoy el momento.