La proyección de un posible evento de El Niño en Ecuador exige que los distintos niveles de gobierno activen medidas diferenciadas pero articuladas, alineadas tanto a la gestión de riesgos como al acceso a mecanismos de financiamiento climático para adaptación. La información climática anticipada debe convertirse en un insumo estratégico para orientar la planificación territorial y las inversiones públicas.
Gobiernos Provinciales
Los gobiernos provinciales deberían priorizar intervenciones de carácter estructural y de mayor escala, tales como:
- Evaluación técnica del estado de las principales vías, puentes y sistemas de drenaje interjurisdiccionales.
- Destinación de recursos provinciales de contingencia y búsqueda de financiamiento externo para obras de protección fluvial y estabilización de taludes.
- Implementación de sistemas de alerta temprana con soporte técnico del INAMHI y articulación con los municipios.
- Gestión de proyectos de adaptación ante fuentes de financiamiento climático internacionales, especialmente para infraestructura resiliente.
Gobiernos Cantonales
Los municipios, como responsables de la gestión urbana, deberían:
- Ejecutar con urgencia la limpieza y mantenimiento de alcantarillado, canales de riego y drenajes pluviales.
- Actualizar los mapas cantonales de riesgo y priorizar inversiones en zonas críticas mediante presupuestos participativos y fondos de emergencia.
- Formular proyectos de adaptación urbana para presentarlos ante el Banco de Desarrollo del Ecuador (BDE) u otros mecanismos de financiamiento climático.
- Fortalecer la planificación para emergencias mediante refugios temporales, logística de respuesta y protocolos municipales.
Gobiernos Parroquiales
En el nivel parroquial, el enfoque debe centrarse en la articulación comunitaria y la preparación local:
- Identificación de sectores vulnerables, especialmente áreas agrícolas y comunidades expuestas a inundaciones o deslizamientos.
- Coordinación con los municipios para canalizar recursos a través de programas de adaptación basados en la comunidad.
- Registro y comunicación oportuna de puntos críticos que requieran financiamiento para obras menores pero urgentes, como encauzamientos o protección de riberas.
En todos los niveles, la clave es transformar la información climática en decisiones de inversión pública estratégica, fortaleciendo el acceso a financiamiento climático —tanto nacional como internacional— que permita implementar obras de adaptación con enfoque preventivo, reduciendo pérdidas económicas, protegiendo infraestructura y salvaguardando vidas humanas