El cambio climático, causado por actividades humanas como la quema de combustibles fósiles y la deforestación, está provocando graves impactos en América Latina: pérdida acelerada de glaciares, fenómenos extremos, afectación a ecosistemas, desplazamientos humanos y aumento del nivel del mar. Frente a esta situación, es urgente intensificar la acción climática mediante mitigación, que reduce las causas del calentamiento, y adaptación, que protege a las poblaciones de sus efectos. Ambas estrategias, integradas en un enfoque de desarrollo resiliente, permiten salvaguardar vidas, ecosistemas e infraestructuras, promoviendo un futuro sostenible y seguro.