El cambio climático refleja una crisis científica y social marcada por el aumento sostenido de las emisiones de gases de efecto invernadero. La ciencia nos muestra que estas tendencias no solo alteran el clima, sino que también ponen en riesgo la estabilidad de los sistemas naturales y humanos. Frente a ello, las respuestas deben ser integrales: la mitigación para atacar las causas y la adaptación para enfrentar los impactos inevitables. Solo al reconocer esta doble dimensión y fortalecer la resiliencia podremos avanzar hacia un desarrollo sostenible que proteja la salud, los medios de vida y la seguridad de las comunidades.