Frente a la información sobre los posibles escenarios del fenómeno de El Niño, cada nivel de gobierno debería actuar según sus competencias, pero de manera coordinada. Los gobiernos provinciales tendrían que encargarse de la planificación estratégica y la coordinación general: identificar las zonas más vulnerables, reforzar infraestructura vial y de ríos, y articular acciones con el Gobierno Central y con los municipios. Los gobiernos cantonales deberían enfocarse en la ejecución directa de medidas de mitigación, como limpieza y mantenimiento de alcantarillas y drenajes, control de quebradas, preparación de albergues y campañas de prevención para la ciudadanía. Finalmente, los gobiernos parroquiales, por ser los más cercanos a la comunidad, deberían centrarse en la comunicación local, la organización de brigadas comunitarias, la identificación de familias en riesgo y la preparación de rutas de evacuación. Si cada nivel cumple su rol y se coordina de manera oportuna, será posible reducir los impactos y responder de mejor forma ante las emergencias que pueda generar El Niño.