Con base en la lectura del documento CINVE “Desafíos y Oportunidades del Financiamiento Climático en América Latina y el Caribe” (Galindo, Lorenzo & Pereyra, 2022), estos serían los principales retos que enfrentaría un municipio pequeño, para acelerar la movilización de financiamiento climático:
- Capacidad institucional limitada y complejidad técnica: El informe señala que muchos proyectos climáticos requieren estructura técnica, mecanismos de monitoreo, verificación, además de cumplir criterios de elegibilidad, adicionales ambientales y sociales. Un municipio pequeño podría carecer del personal capacitado, el tiempo y los recursos para formular proyectos sólidos, preparar estudios coste-beneficio, o manejar los procesos administrativos que exigen los financiamientos internacionales.
- Restricciones fiscales y de endeudamiento: El capítulo sobre “gestión de endeudamiento público y política fiscal” subraya que la transición a finanzas verdes debe equilibrar la sostenibilidad macroeconómica y la responsabilidad fiscal. Para un municipio pequeño, asumir deuda nueva o comprometer recursos puede significar riesgos elevados, sobre todo si su base de ingresos es débil o inestable.
- Dificultad para preparar “proyectos bancables” y atractivos para financiamiento climático: El estudio indica que no todos los proyectos son automáticamente financiables, deben mostrar viabilidad financiera, impacto real en mitigación/ adaptación, beneficios socioambientales, un plan técnico-financiero claro y mecanismos de seguimiento. Los Municipios pequeños muchas veces carecen de la escala, los datos y los estudios que permitan demostrar esos requisitos.
- Dependencia de cooperación externa / falta de fondos propios: Aunque existen fondos internacionales, la demanda supera ampliamente la oferta. Para un municipio chico, conseguir cofinanciamiento, contraparte o garantías puede ser complejo, especialmente si no hay coordinación con niveles provinciales o nacionales.
- Riesgos no internalizados y prioridad baja en presupuesto local: Las inversiones climáticas muchas veces compiten con necesidades urgentes como servicios básicos, salud o infraestructura tradicional. Priorizar proyectos de adaptación o mitigación puede no ser viable sin una visión de largo plazo, lo que exige liderazgo político, conciencia institucional y compromiso comunitario.
En resumen: para un municipio pequeño, los principales retos son técnicos, financieros e institucionales. Superarlos demanda no solo voluntad política, sino también acompañamiento externo, fortalecimiento de capacidades, planificación clara, y estrategias de cofinanciamiento.