El principal reto para el Banco de Desarrollo del Ecuador (BDE) en la aceleración del financiamiento climático es transformar su rol tradicional de financiamiento general de infraestructura pública a un agente clave de movilización de capital climático privado y multilateral, superando la dependencia del financiamiento soberano.
El BDE debe urgentemente cuantificar, incorporar y divulgar los riesgos físicos y de transición del cambio climático en su portafolio de créditos (a GADs y empresas públicas). La falta de esta integración expone su balance a activos varados o impagos debido a eventos climáticos.
Promover criterios de inversión climática de alto impacto en los GADs, vinculando la deuda a resultados de adaptación y mitigación, y no solo a la obra pública tradicional.