La clave es la sinergia: un bosque restaurado (adaptación) absorbe
carbono (mitigación), regula el agua y protege medios de vida,
impactando positivamente en todas las áreas. Ignorar esta interconexión
lleva a soluciones fragmentadas, mientras que integrarlas fortalece la
capacidad de los sistemas humanos y naturales para resistir, adaptarse y
prosperar ante el cambio climático, impulsando un desarrollo
verdaderamente sostenible y resiliente