Frente a la información sobre los posibles escenarios del fenómeno de El Niño en Ecuador, los gobiernos locales —provinciales, cantonales y parroquiales— tienen un papel crucial en la prevención, preparación y mitigación de riesgos climáticos.
A nivel provincial, los gobiernos deberían enfocarse en coordinación interinstitucional y en la planificación de recursos y estrategias de respuesta a gran escala. Esto incluye reforzar la infraestructura crítica, establecer protocolos de emergencia y garantizar la disponibilidad de recursos financieros para la atención de desastres.
En el ámbito cantonal, la prioridad debe ser la implementación de planes de contingencia que consideren la protección de la población, la seguridad de la infraestructura urbana y rural, y la coordinación con la sociedad civil y el sector privado para garantizar el abastecimiento de agua, alimentos y servicios básicos durante eventos extremos.
A nivel parroquial, las acciones deben centrarse en la preparación directa de la comunidad, promoviendo la educación y concienciación sobre riesgos, el fortalecimiento de sistemas de alerta temprana y la organización de brigadas locales de respuesta. La identificación de zonas vulnerables y la promoción de medidas de adaptación locales son clave para reducir impactos.
En conjunto, una respuesta articulada y basada en información científica permite minimizar daños, proteger medios de vida y aumentar la resiliencia comunitaria ante fenómenos como El Niño. Además, resulta esencial vincular estas acciones con alternativas de financiamiento climáticamente responsables, como fondos de emergencia, cooperación internacional y recursos destinados a adaptación y mitigación.