La gestión del cambio climático es crucial por varias razones interconectadas que abarcan la salud, la economía, el medio ambiente y la equidad social
El cambio climático amenaza los ingredientes esenciales de la buena salud: aire limpio, agua potable segura, suministro de alimentos nutritivos y refugio seguro. La gestión proactiva es vital para
- Prevenir muertes y enfermedades relacionadas con el calor extremo, la malnutrición y la propagación de enfermedades transmitidas por vectores como la malaria.
- Reducir el impacto de eventos climáticos extremos, como inundaciones, sequías e incendios forestales, que ponen en riesgo vidas y medios de vida.
- Mitiga los daños a la infraestructura crítica, la agricultura y las cadenas de suministro.
- Desbloquea oportunidades significativas para el crecimiento en la economía verde, a través de inversiones en energías limpias, eficiencia energética y tecnologías sostenibles.
- Mejora la seguridad alimentaria y la estabilidad de precios al proteger la productividad agrícola frente a patrones climáticos cambiante.
La gestión del cambio climático no es solo un imperativo ambiental, sino una necesidad social y económica urgente que requiere atención y acción unidas a nivel local y global.