Desde los capítulos 4, 5 y 8, veo que el reto principal del BDE es movilizar más recursos sin comprometer la sostenibilidad fiscal, incorporando el riesgo climático en la evaluación financiera. Además, debe alinearse a estándares internacionales para acceder a fondos climáticos y acompañar a los GAD para estructurar proyectos bien formulados y financiables con mayor rapidez.