Los gobiernos provinciales, cantonales y parroquiales deberían utilizar esta información como insumo para la toma de decisiones y la planificación. A nivel provincial, es necesario integrar el enfoque climático en la gestión territorial y en la prevención de riesgos; a nivel cantonal, priorizar inversiones y servicios que reduzcan vulnerabilidades; y a nivel parroquial, impulsar acciones locales y comunitarias de adaptación y mitigación. La coordinación entre niveles es clave para una respuesta efectiva.