Con la información que se tiene sobre El Niño, creo que los gobiernos de cada nivel tienen que tomar acciones bien específicas para prepararse. A nivel provincial, deberían estar pendientes de todo lo relacionado con infraestructura crítica, como carreteras y hospitales, y organizar planes de emergencia. Los cantonales, por su parte, pueden enfocarse en la limpieza de ríos, drenajes y la preparación de refugios, porque eso es lo primero que la gente necesita cuando hay una emergencia. Y las juntas parroquiales, al estar más cerca de la gente, tienen un papel súper importante en organizar las comunidades, identificar qué familias son más vulnerables y asegurarse de que todos estén informados. La clave está en actuar con tiempo, ya que aunque no podemos evitar el impacto de El Niño, sí podemos minimizar los daños y proteger a las personas si nos preparamos bien.