La declaratoria de alerta amarilla no es una simple advertencia, es un mandato para actuar. La respuesta en estos casos debe ser una cadena de mando y ejecución sin fisuras, la acción climática frente al Fenómeno de El Niño exige que el Gobierno Provincial coordine, el Gad Cantonal prevenga en la ciudad y el Parroquial alerte y organice a la comunidad. Es una prueba de fuego para la descentralización y la gestión integral de riesgos.