El financiamiento climático se refiere a todos los recursos económicos —públicos, privados, nacionales e internacionales— destinados a mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero y adaptarse a los impactos del cambio climático.
Su objetivo es apoyar a los países, especialmente a los más vulnerables, para:
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Desarrollar economías bajas en carbono
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Reducir riesgos climáticos
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Proteger ecosistemas
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Fortalecer infraestructuras resilientes
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Impulsar la transición energética