Financiamiento Climático

Financiamiento Climático

de Tania Estefanía Caicedo Cortéz -
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Tras analizar los capítulos 4, 5 y 8 del documento, considero que los principales retos del Banco de Desarrollo del Ecuador (BDE) para acelerar la movilización de financiamiento climático se relacionan, en primer lugar, con la necesidad de articular la gestión del endeudamiento público y la política fiscal con los objetivos climáticos nacionales. Esto implica promover instrumentos de deuda alineados a la sostenibilidad (como bonos verdes o temáticos), mejorar la capacidad del país para medir y reportar el uso de recursos climáticos y contribuir a que la política fiscal incorpore criterios de riesgo y sostenibilidad ambiental. En segundo lugar, el BDE enfrenta el desafío de integrar plenamente los riesgos climáticos —tanto físicos como de transición— en su gobernanza, evaluación crediticia y gestión de cartera, dado que estos riesgos pueden afectar la solvencia financiera, la viabilidad de proyectos y la estabilidad del sistema financiero en su conjunto. Otro reto clave es el desarrollo de capacidades técnicas suficientes para preparar proyectos climáticos “bancables”; muchos gobiernos locales y sectores estratégicos no cuentan con el conocimiento ni los recursos para cumplir con los requisitos de fondos internacionales, por lo que el BDE debe fortalecer su rol como entidad facilitadora, generadora de asistencia técnica y estructuradora de proyectos. Además, se requiere ampliar y diversificar la cartera de proyectos climáticos del país, generando iniciativas de alto impacto capaces de atraer cofinanciamiento privado mediante instrumentos innovadores, esquemas de financiamiento combinado y alianzas público-privadas. Finalmente, el BDE debe contribuir al establecimiento de taxonomías, estándares y sistemas de medición, reporte y verificación (MRV) que generen confianza, eviten el greenwashing y faciliten el acceso a fondos multilaterales, bilaterales y mercados de capital. En conjunto, estos retos muestran que el BDE no solo debe financiar, sino también liderar la transición hacia un sistema financiero compatible con el clima, fortaleciendo capacidades, estructurando proyectos, gestionando riesgos y movilizando recursos a gran escala.