Se muestra un modelo de desarrollo insostenible, caracterizado por deforestación, pérdida de biodiversidaretroceso de glaciares, erosión, agricultura y ganadería intensivas, uso excesivo de fertilizantes, contaminación, asentamientos informales, movilidad no sostenible, mala calidad del agua, escasez hídrica, degradación costera, sobrepesca, acidificación del océano y colapso de ecosistemas; mientras que a la derecha representa un modelo sostenible, basado en la reforestación, conservación de suelos, agroecología, turismo sostenible, diversidad de cultivos y fauna, uso de energías limpias, ciudades verdes, movilidad sostenible, seguridad hídrica, protección de manglares, pesquerías responsables y ecosistemas marinos saludables, demostrando cómo la gestión adecuada del territorio y de los recursos naturales mejora la resiliencia ambiental y el bienestar humano.